jueves, 7 de julio de 2011

La que está aquí

Es extraño. En unos minutos ha pasado una oleada de pensamientos por mi cabeza, cosa extraña tomando en cuenta que estos se han vuelto más lentos... por los medicamentos.

Llevo ya 6 meses y fracción intentando adaptarme a estos cambios. Todos ellos: el dolor, la lentitud de pensamiento, la somnolencia, la nausea, la depresión, el insomnio, las pesadillas, el revoltijo de emociones, la disminución de reflejos... O sea que todo mi yo se enloqueció.
Ha sido verdaderamente difícil. Porque cada segundo de mi vida se ha visto influido - y afectado - por lo que está sucediendo. Es como si yo estuviera de pie, en medio de todo, viendo pasar la vida.

Y no es una exageración.


Admito que una de las cosas más difíciles ha sido precisamente desacostumbrarme a muchas habilidades, percibir que ahora estoy en desventaja, sentirme detrás. Y también mi lucha con el clima y los elementos ha sido épica. Sin exagerar. ¿A quién ves con una bufanda en Julio? Y ¿a quién se ve tan exageradamente alerta en todo momento?


Pero aun así... Me quiero. Me estimo muchísimo. Me siento valiosa a pesar de mis debilidades. Porque no me interesa si a los otros les interesa. Estoy enferma, si, pero estoy entera, completa. La que está aquí no vale menos que la que estuvo antes de terminar el 2010. Al contrario: lo que ha aprendido la hace valiosísima, con todo y el precio - altísimo - de ese aprendizaje.


Si hace 1 año alguien me hubiera dicho que esto ocurriría... creo que no lo hubiera creído.

Pero siendo franca, si alguien te dice que esto va a ocurrir debes sentir miedo... porque la vida te va a cambiar de un momento a otro, simplemente con una cuchillada.

La que está aquí sigue luchando.

(Solo 20 días...
)

2 comentarios:

  1. Me complace mucho que escribas y más aún poder leerte. No es frecuente en esta época de información multitudinaria -rápida e inútil- encontrar personas como tú que no se intimidan ante una pantalla en blanco para convertir un pensamiento en texto. La memoria es tan efímero y caprichoso como los sueños mientras los textos son duraderos y absolutamente fiables. Los textos son como pasadizos secretos y mágicos hacia el futuro y el que los escribe (u otro) puede recorrerlos en sentido inverso para revivir lo que de otra forma irremediablemente se perdería. Los que escriben saben perfectamente que es posible traer al futuro un pedacito de aquel lejano pasado. Es el mecanismo más cercano y seguro que tenemos para viajar en el tiempo. Un abrazo.

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  2. Me da gusto que valore de este modo lo que he escrito. Porque esto tiene mucho valor: presente y futuro, desahogo y liberación, lucha, fe y esperanza. Me seguirá leyendo, es una promesa. :)

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